lunes, diciembre 25, 2006

Cuídate...

Subo a la combi para ir a mi casa, son más de las 10 pm,y el aburrimiento se apodero de mi persona 3 horas antes. Me siento en la parte derecha de uno de los dos asientos que colindan con el del cobrador. El carro empieza a llenarse, la gente esta apurada y el paradero es transitado. Hace frío, por ello las ventanas estaban cerradas. Detrás del chofer se sentaron cuatro personas.

Mis ojos se fijan en los tuyos, no pretendo cerrarlos, no quiero pestañear por ningún momeno. Siento paz. Él me mira fijamente y no desprende su ojos de los mios. Ambos nos compenetramos en un veiven de nostalgia y alegria, sentimientos encontrados. Mi vida parece no tener sentido, me ólvido de todo por un instante, me encierro en tus ojos tan azules como el fírmamento, no quiero despegarme de tu iris, he perdido la noción del tiempo, mis parpados no se cierran y los tuyos támpoco.

Me miras fijámente, pareces buscar algo y no lo encuentras. Me miras tiérnamente, y alguien nos interrumpe. Te arrinconas a la ventana y no te encuentro por un instante. Es una señora quién perturba nuestro lazo, aquel que creamos hace tan solo unos minutos. Te busco nuevamente y tu haces lo mismo, al fin te hallo y aunque me cuesta no queiro apartar mi mirada de la tuya. Oh, ahora creo en los hechizos, pues tu me has hechizado. Reten mi mirada en la tuya, seas mago, hechizero o chamán.

Me piden permiso y me hago a un lado, debo acomodarme hacia la ventana. No parece facil verte nuevamente. Insisto y se me hace cada vez más dificil. Tratamos de contactar otra vez, y no hallamos la forma. Me desvanezco, me aturdo y miro por la ventana pensando, buscando alguna forma. Mi visión se distorsiona y te veo a través del ventanal. Te observo mirándome, buscándome, acariciándome como sólo tu lo haz hecho. Te miro y me miras, te has dado cuenta del descubrimieto, ahora hallamos una forma de estar juntos de nuevo.

Me encuentro muy cerca y no puedo tocarte. Soy débil y no te hablo. Parecemos dos mudos contemplándose ridiculamente, pero tránquilos y distorsionados. Te acomodas el cabello, tus manos sostienen ahora tu quijada, y tu mirada aún sigue penetrante buscando algo en mis ojos, buscando algo en mi alma. Yo en cambio estoy feliz, aún falta mucho para bajar, espero que tu no bajes antes. Hasta entonces espero que mi felicidad no acabe.

Ese gesto que haces con tus manos, ese gesto con el rostro y esos ojos... Sí, he bajado un rato la mirada. Parece que estamos compitiendo, para saber quién es el primero en parpadear. Oh, sólo tú me das tranquilidad, esa que perdí hace unas horas, y que empiezo a recobrar. Ya casi llegó, aún no bajes por favor, aún no.

Es hora de bajar. Temo que es la despedida. Mi mirada se perturba con un adios que tu has decifrado correctamente en mis ojos, y con un cuídate que yo descifre en los tuyos. Bajo y me dirigo hacia mi casa, pero antes volteo suavemente girando el cuello. Tú te vas, pero ahora sabes donde vivo.



0 comentarios:

 
LA MUSA © 2008 Template by Exotic Mommie Illustration by Dapina