martes, julio 14, 2009

RECUENTO DE LOS DAÑOS

El recuento de los daños,
del holocausto de tu amor...
son incalculables e irreparables,
hay demasiada destrucción...

Lágrimas que no consiguen,
apagar el fuego que hay en mi,
hay ilusiones muertas por doquiera,
sólo quedan ruinas de mi...

En el recuento de los daños
del terrible choque entre los dos...
del firme impacto de tus manos,
no sobrevivió mi precaución...

En el recuento de los daños,
me sales debiendo tantísimo amor,
que no puedo creer lo que escuche,
como puedes decir que te olvidaré?

Oooh no! no, no, no,
no, no puedo reponerme,
de ese beso que me subio al cielo,
que es el mismo
que ahora me hunde en el infierno.
ooooh no, oooh no!

Oooh no! no, no, no,
no, no puedo reponerme,
de tu forma tan cruel de abrazarme,
si sabías que no ibas a amarme
qué ganabas?
qué ganabas?
con besarme.

En el recuento de los daños
lo material todo te lo perdí,
perdí mi casa y mis amigas,
todo lo mio te lo dí.

Entre los desaparecidos:
mi resistencia y mi voluntad,
y hay algo mutilado que he pensado
que tal vez era mi dignidad...

Oooh no! no, no, no,
no, no puedo reponerme,
de ese beso que me subio al cielo,
que es el mismo
que ahora me hunde en el infierno.
ooooh no, oooh no!

Oooh no! no, no, no,
no, no puedo reponerme,
de tu forma tan cruel de abrazarme,
si sabías que no ibas a amarme
qué ganabas?
qué ganabas?
con besarme.



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Mentiras Parte III

Que sobrepasaste el límite de la hipocresía y yo el de justificarte más de mil veces, que el perdonarte era pan de cada día, pero tarea encomendada a Dios porque su función de juez lo amerita. Que me negaste más de tres veces, y como Judas jugaste con mis sentimientos, me engañaste, y con un beso dijiste “lo siento”. Blasfemas sobre mí, mientes como un loco, un soñador insano que sin darse cuenta va arruinando algo que por mucho fui sembrando. Y te quise, y te amaba. Sabe Dios cuanto diste, y yo cuanto me las jugaba.

Que falto conocernos, pero maldición te conocí sin saberlo. Y por ti embobada estaba, por ti ya nada me importaba. ¿Cómo fue que sucedió?... Realmente no hallo la respuesta. Solo se que en mis brazos te abrigaba, que por ti yo ciega estaba, que por ti las manos al fuego puse; que sólo por ti yo lloraba.

Y recobre la fe y pedía a Dios que cuidará, y me lastime pues por ti yo quise verme hermosa, y que por no perderte, por no alejarte, por creer en tus promesas, te di de mi lo más preciado. Mi inocencia, mi inmadurez, mi alma plena. Maldita esencia que hoy tú llevas penetrando los poros. Ese perfume.

¿Qué fue verdad? ¿Qué fue mentira? ¿Exageración o cobardía?... Ahora sé de ti ya muchas cosas, las dudas se están yendo. Las cosas son más claras ahora. Tu pronta desaparición, tu lejanía, me transformaste en fiera herida. Y mataste la ilusión de a pocos. Justificándote en exceso, creyendo pasabas hambre, que viajaste y por ello no podías comunicarte. Que deseabas mi bienestar, sólo por eso.

Y una promesa se hizo rota, no me llevaste a ver la Era del Hielo. Yo creyéndote perdido, llorando por no saber de ti en las madrugadas… Y hoy me enteró me haz mentido, ocultándome cosas pasadas. Que en el verano fuiste a ver a otra, que no era la única con la que te acostabas, que estas en Lima y de mi te olvidaste, que simplemente no quieres saber nada.

Pero he jurado no tener más lágrimas, esta vez ya no tendré más desvelos. Quiero dormir en paz y sentirme viva, esta vez recobro mis alas por completo. No me juzgues más, ya no lo acepto. No te entrometas en mi vida, soy yo quién la llevó. No quieras saber que fue de aquello, pues no te interesa. Tú para mi te encuentras muerto. Dame la cara si no tienes vergüenza, sabes muy bien donde me encuentro, pero no quieras tratarme otra vez como una idiota por que juro que no lo toleró.



Mentiras Parte II

Una ilusión resquebrajada por la posición que tome tras muchas horas de agotarme pensando que hacer. Sí, una mala decisión, un sapo conocido y una grande decepción para mi familia. No hay oídos dispuestos a escuchar cuando la razón esta nublada, y pocas palabras bastan, solo aprecias la actitud.

Ya por ese entonces me reprimía, me sentía en parte culpable; quién más sino yo por tomar decisiones que me parecieron correctas en su momento pero que luego me reprocharía por las mismas. Y durante esos días en que fui matando esa ilusión, apareció mi príncipe ¡Ahhh!!! (Pensamiento sandyciento).

Sí, apareció el caballero, el madurito, el seguro, el valiente, el confidente, el tierno, el amoroso, el dedicado, el detallista, el inteligente, el candoroso, el autosuficiente, el serio, el cómico, el sarcástico, el misterioso, el verdadero pero a la vez tan irreal príncipe con el que yo imaginaba.

Lentamente me fue ganando, una rosa blanca como me gusta de papel como le encantan. Un chocman que me fascina escondido en su mochila como sorpresa de medianoche, unos brazos fuertes para sujetarme, un pecho rígido en el cual echarme, y unos besos sabor miel que endulzaban mis labios. Las palabras precisas, las acciones correctas, y me haz ganado. Mataste una ilusión, por envidia, rencor o simplemente de mi te haz enamorado. Maldita vanidad tuya, no eres perfecto pero te quiero.

Que esconden tus ojos ahora, no son los mismos de antes. Ya no noto ternura, ya no noto los deseos del amante. Ahora me abraza un desconsuelo, veo tristeza y penuria. Me matas de ira con tus palabras o frases sin sentido, me pones pruebas a cada instante, y la desconfianza se apodera. Me irrespetas con tus actos, muchas veces me atropellas. Juegas conmigo como quieres, y yo tu fiel plebeya.

Harta estoy ahora de seguir pensando en tu novela pintoresca en la que ni siquiera haz definido el romance, y oprimes el corazón debilitado de esta tu sierva de antaño, tu fiel lacaya, tu seguidora inhospeda en mundos lejanos, la que tuviste allí en tus manos, la ciega. La completa ironía de alguna vez haber jurado que jamás un hombre se burlaría de mis sentimientos, y que ninguno me arrastraría en ese absurdo sentimiento. Que ningún hombre me haría derramar lágrimas de desconsuelo, o que por alguno hubiera hecho lo que por él, que tragarme mi orgullo de mujer jamás haría; y veo ahora que escupir al cielo no se hace.



Mentiras Parte I

Hace más de un año ya. Creía conocerle, pero no era cierto. Las conversaciones locuaces y pintorescas escondían entonces un propósito. Éramos buenos amigos. Por esos meses mi único confidente. Quizás el más pendenciero, quizás el más elocuente, quizás también un bromista, aunque haya sido poco sonriente.

Un comentario nos unió en ese universo fascinante de la Red, y desde el primer día que conversamos me parecía conocerte. Fue sumamanete graciosa la forma en que lo hicimos, pero fueron más divertidas nuestras conversaciones hasta tarde. Políticos, cómicos, científicos, cultos, escritores, didactas, críticos, poetas, músicos, artistas, filósofos, creyentes, no creyentes, jueces, no jueces.

Y fuimos contrincantes en diferentes batallas, pero nos aliamos en muchas que nuestro mutuo interés causaban. Sí, bueno, fuimos buenos amigos. Pasaron los meses y eran constantes las carcajadas, las amanecidas, las cojudeces que me rodeaban. Debo admitirlo, yo empecé con ese juego. A modo de diversión, y locura instantánea no medí las consecuencias de mis actos, aquellos que capaz provocaron esa estupida sinrazón de verme luego entre tus brazos.

Unas fotos en ropa íntima bastaron. Con ellas, desperté tu ego acostumbrado a deleitarse con cuerpos esbeltos; acostados sobre tu pecho, en tu lecho, o sobre algún soporte de periódico ambientado. Dícese entonces del animal enfurecido que encontró un sorbo de agua pura caída de un súbito manantial que floreció de repente en aquel espacio desértico que alimentaba su ansiedad.

Y la inocencia corroe a veces al espíritu más fuerte, capaz de tolerar potentes emociones, o divagar entre las más profundas y oscuras fantasías. Así fuiste tú: cachorro presa de la tentación, te di un hueso apetecible y te rendiste rápidamente. Que te sujetarías con fuerza a la soga para no lanzarte sobre mi cuerpo, que tenias fuerza de voluntad y no caerías tan fácilmente. Pero que difícil fue mantener tu posición todo ese tiempo, y de un simple espectador quisiste ser parte del espectáculo.

Nadie como tú supo entender mi posición respecto al amor y la alcahuetería de estar enamorados, que parecíamos entender lo del amor liberal y el darse por completo sin privarnos la libertad de volar, y seguir con nuestras vidas de manera natural. Y, ¿porqué no? si no hacíamos nada malo. Pero he allí el bichito de la ilusión y lo que consigo trajo, que siempre respete tus horas, teníamos un horario. Que siempre pensé en ti y me preocupe. Y creí que me estuve enamorando.



domingo, julio 12, 2009

Semblanza a Décimo Ciclo

Cada uno un niño, un pequeño que disfruto, rió, se divirtió a lo loco, fantaseo y se emociono con cada una de las travesuras que nos enfrascaron en algún momento de nuestras vidas en un sin fin de aventuras en las que fuimos capitanes de naves extraordinarias que resguardaban un gran tesoro, luchábamos contra piratas, o nos subíamos a hermosos corceles, alados o no.

Donde la imaginación bordeaba el extremo de la locura pero incitaba a la ilusión y nos convertía en soñadores inocentes llenos de bondad y ternura. En la que no existía el tiempo, porque todo era posible. Y un soldadito de plomo o una pequeña cocinita solventaban nuestros deseos pagados solo con sonrisas.

Hoy vemos, entonces, nuestros pasos dados, y nos repetimos constantemente que fue de ese niño con el brillo en los ojos con los ánimos de ser siempre el gran superhéroe, el modelo de hombre o mujer que desde pequeños plasmábamos en nuestras mentes. Y quizás nos ponemos tristes, quizás también cabizbajos. Pero esa súbita emoción, sentido de nostalgia y apatía se va yendo de lado cuando recobramos la sonrisa al recordar que las travesuras aún siguen a pesar de habernos acoplado a un mundo diferente, a un universo que nos fue lejano.

Y miras al lado entonces y recobras las ganas cuando se plasman en ti los recuerdos de verte ya grande, crecido tal vez, pero infantil y soñador como siempre. Y ya no tienes a un Robin al costado. Ahora tienes a Superman, la Mujer Maravilla, Hullk, Spiderman, a los Cuatro Fantásticos, Flash, Tor o Darkdevil. Porque todos crecimos y pasamos de ser una `pequeña semilla a un gran árbol lleno de frutos, pero aún nos falta madurar y aprender más de la vida, porque siempre deseamos un tronco fuerte y lozano y no uno torcido.

Prontos a afrontar nuevos retos, ¡no teman compañeros! No teman a escalar más alto sin temor a las caídas. Que reconforte la idea, los buenos pensamientos, los maravillosos recuerdos, las emblemáticas experiencias. Porque es un paso más, solo eso. Un paso que te hará grande, ¡que nos harán grandes! Y que nos llenaran de orgullo, que nos brindaran nuevas alegrías, puesto que son nuevas aventuras, y nosotros nuevos capitanes.

Dejemos que el avioncito de papel nos guié por que vuela alto como siempre si lo sabes lanzar, y disfrutemos ahora de momentos que este lleva consigo. Este avioncito al que solemos llamar metas y que guarda consigo grandes vivencias. Muchas de las cuales experimentamos aquí. En esta universidad. En nuestra facultad, en nuestra escuela de ciencias de la comunicación, donde cada uno de nosotros experimento diferentes hechos que quedaran grabados para siempre.

Y conocimos a diferentes personajes plasmados mediante emblemáticos apodos, risueñas carcajadas despertadas entre broma y broma surgidas en clase. O quizás las metidas de pata, y la notoria seriedad plasmada en cada examen. El compartir de grupos, y el trabajo solidario que aprendimos a realizar durante más de cuatro años en los que conocimos grandes amigos, confidentes, maravillosos compañeros, ejemplares tutores e inspiradores personajes

Entonces, levantemos todos los rostros, y miremos arriba. Agradeciéndole a dios por darnos vida, por tenernos aquí hoy presente, por habernos conocido, por brindarnos constantes alegrías, y hacer de las penas nuestras fortalezas. Porque hoy nos vemos crecidos, con metas futuras, y el animo a cuestas. Les pido por ello compañeros, hermanos, dense un gran abrazo y todos un fuerte aplauso porque se lo merecen. Se lo han ganado.

 
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