Fue difícil afrontar este cambio. Dejarlas de un momento a otro.
Sonaba raro para mi entonces decirles hasta luego, o despedirme de nuestros sueños por alcanzar. Sin embargo debí carear la idea de que sería un hasta pronto al que debería acostumbrarme a decirles cada vez que las encontrara.
Deseamos por mucho tiempo poder disfrutar juntas nuestra graduación, y buscamos en nuestros pensamientos ideas novedosas para la llegada de ese día, mas se interrumpieron esos lazos que conectaron nuestras aspiraciones por una noticia que, aunque penosa, ha resultado un tanto gratificante con el transcurso del tiempo.
Nos veíamos bailar, disfrutar de momentos graciosísimos con los compañeros de la universidad y hacer las ridiculeces que cometíamos en muchas ocasiones, pero la situación en casa se torno difícil, y desgraciadamente me separe de ustedes en un momento en el que nuestras fantasías se acercaban.
Por situación económica se truncaron nuestras ilusiones, y perdida vague para llegar a alguna solución pero no la hubo. El trato fue estudiar otra carrera mientras todo se hallará tranquilo en casa, y embarcarme en la búsqueda de un trabajo fue otra alternativa para no dejar el tiempo pasar y afrontar problemas como estos.
Nos dijimos hasta luego, mas fue un ojala. Las cosas parecen haber cambiado en solo medio año. No soy la misma de antes y parecen saberlo, se extrañan al verme más social y abierta, tal vez un tanto más madura en aspectos de responsabilidad que hoy forman parte de mi vida.
Los cambios han sido constantes y parecen no enfrentarlo. Aún soy la amiguita sincera y cariñosa, noble y santita que conocieron. La muchacha de buenas intenciones, inteligente, serena, cariñosa y amable. La joven creyente de sueños reales, la positiva, la jocosa, la amena. La que nunca juzgaba pero si pregonaba sus buenas intenciones, sus deseos de ver felices a otros interponiendo su propia alegría. La que era un tanto real un tanto fantasía; un tanto deseo y un tanto apatía.
Hoy por hoy, agradezco al destino por muchas cosas que cambian mi sintonía. La de ver las cosas o ser la misma. Tal vez estaba escrito, tal vez fue un deseo que contuve: el proceso de independencia y el retarme a ser más responsable en aspectos que desconocía.
Los extraño por que los quiero, los aprecio y valoro aunque muchas canas me han sacado; pero ante todo los recuerdo pro que en mi pensamiento queda el rastro que dejaron: Las jocosas metidas de pata de Mary; la madurez sexual de nuestro Jorge; la alegría y diversión de Carolina; la contagiosas fantasías de Milagros; la sonrisa y chistes de Carmen; el dedito juguetón de Ketty. Y claro esta: los consejos, debates, sonrisas, ilusiones, confesiones, calvarios, penas, melancolías, favores, subidas y bajadas de tonos, discusiones, chistes, risas, burlas, y amor de hermanas que contigo Caroll sentiré por siempre, llevando unidas el corazón y el alma.
Atentamente
Sandybella
