domingo, octubre 04, 2009

Desata el alma mía


Ser una de las tantas que corresponde a su cariño. Ser la pequeña gota que saciara aquel destino, y que propicie, entonces, calma al espíritu. Pequeña luz que se irradia en su rostro y muestra de a poco el consuelo del tiempo, que determina el cansancio que no viene a menos, y demuestra que el hombre sigue siendo complejo.

Te aturde la brisa de la penumbra del día que se acontece en la noche y el de mañana fría. Que acaricie sus cabellos con un brote constante de ternura y placer que se inserta en su vida. Y va tomando de a poco su rostro y lo acerca al suyo, se detiene un instante y le sacude el instinto, ahora esta listo, y su cabello es tan liso.

Se sonrojan sus rostros, y se acelera el pálpito de corazones ahora más que nunca ensordecidos. Es el gusto, la mercancía. Es la nostalgia del alma mía. Y si solo es un beso, ¿qué es eso?.. Eso que acompleja y mata para luego; para luego ir desde el mismo dolor y desconsuelo al mismísimo hecho de hallarse en el firmamento.

Ninfa


Va la luna creciendo, y cayendo la oscuridad se desata la furia de las ninfas. Aprovechan éstas la turbia soledad de la noche para saciar el apetito que destilan. Sus cuerpos bordeados en suave pluma dibujan el deleite de figuras lisas. Mas, es sumamente exuberante el desplante de sus caderas que encierran la fuerza de Venus misma.

Es intenso el sabor de sus labios, el de una posada en las ramas de aquél frondoso octogenario que cercano a un joven roble enseña los gustos de las ninfas por la madures que emana. Se ve hermosa la imagen del niño que escondido detrás del arbusto la observa de lejos, deleitando las pupilas con rubor cercano se estremece entonces su embelezo.

La ninfa sacia su sed apasionada, y se entrega al placer de frutos hermosos. Los mismos que caen de poco en su vientre plano, y son regodeo del árbol frondoso. Mariposas vuelan extrañadas, la ninfa toma del néctar perdido, se englotona de miel insana, y parece ya ser un fruto perdido.

La luna se va yendo entonces, se aleja la luz anticipada. Las ninfas nuevamente se esconden, y el niño correa a buscar a la amada.

Solo me toma un segundo


La vida se toma de mil maneras, y el tiempo pasa tan rápido sin darte cuenta. Es irregular saber cuando cambia el transcurso de las cosas, y definir los minutos exactos de disfrute.

¿Cuán plácido puede parecerme un minuto?, me pregunto y no hallo respuesta. Parece dispareja, entonces, mi forma de ver las cosas, y sin exactitud me enfrasco en alguna perspectiva.

Solo toma tres segundos para prestarle la atención mínima al susurro de alguien que te hable al oído, del reflejo de la luna en un charco del piso; o al escuchar la música que pareciese incipiente.

Raro quizás, me parece extraño. Y la súbita desvalidez de un niño no se asemeja ya al más pequeño de mis asombros. De pronto te lanzas a definir el sonido, mas no ese ruido estrepitoso.

Y te das cuenta de hechos similares, el hábito intrínseco que se apoderó en el camino. Todo es lo mismo, las mismas frases. Palabras exactas venidas a menos. Sin encontrar un sentido se pierde un segundo, cuando repercutes ya venido el tiempo.

viernes, octubre 02, 2009

Fuego

Me dirijo hacia ti con prepotencia,
con aires de chica enfurecida
porque observe en tus ojos la inclemencia
y ahora alboroto tu insania.

Se deslumbran también mis oídos
con el atrevimiento de tus versos,
pero sé que ahora no es momento
para albergar errores ni tormentos.

Ya llegará el día
en que combatamos cuerpo a cuerpo,
y quién cederá, entonces, ante las armas
que encierre el venidero arranque de fuego.

Te recuerdo

Vuelve a mí las ganas de escribir como nunca, es raro quizás que se haya ido de mí la musa. Pero recobra, entonces, creo yo en mis mejores momentos. Hace unos días recordé su mirada, sus dulces elogios y agradables melodías. Recostada en la cama me cogía. Me decía “no despiertes, yo preparo el desayuno”. Dejarme descansar quería mi amada.

Y en su día comimos chanchito, luego quería disfrutar de pachamanca. Antes de todo ir a recoger la leche, y, embarcarnos entonces al establo. Cargando yogurt, leche y quesito delicias que ahora me traen espasmos.

Era el punto preciso, lechecita y eucalipto para su cumpleaños, para el día de la madre chicharroncito. Y nuestras palabras en conversaciones larguísimas y juegos amenos apilaban el día. Recuerdo aquel enorme lugar lleno de verdes arbustos y pasto por doquier, a donde me llevaste a jugar vóley con la pelota que me regalaste ante mi anhelo.

Vinieron a mis también otros instantes, como el de mis 12 años creo. Llegaste a casa trayendo un ramo gigante de rosas blancas y me dedicaste el te quiero más grande que he tenido, me abrazaste con ternura, y armonizaste mi vida, sí que sabias muy bien lo que deseo.

Tú sabías el lugar preciso y el genuino momento y llevándome en el auto, fui por primera vez a Santa Rosa la playa más hermosa que encuentro. Estaba nublado el día, pero no importaba y nos metimos al mar y tomamos fotos… sí, sí que lo recuerdo.

Te recuerdo muy bien abuelita, yo recuerdo esos momentos, y aunque supiese que
dijiste o que me decías hace tiempo, no recuerdo ya tu voz, y eso créeme que lo lamento. Te quise, te quiero, y te seguiré queriendo.

Reposicionamiento


Que pena por el otro, iluso quizás de su destino. Nunca supo corresponder un cariño con total y completa autonomía. Pocos saben de sus pérdidas, muchos quizás sepan de sus ganancias; de lo que en la vida se va jactando sin importarle más nada.

Triste también la historia vivida en la que sus hazañas fueron cayendo de a golpe, y la faceta de chico lindo se iba destruyendo, no por azares del destino sino por la inseguridad de su desglose. Quién quite y algún día aprenderá a recibir con ánimo los errores, sabrá salir airoso de las dificultades y apremiarlos también con goce.

Es deseada esta recompensa que el ser humano aprende de sus tropiezos, no podemos dejar de ser insulsos pero tal vez la solidaridad logre copar más de ello. ¿Y ella?.. Ella pobre y devastada, cree que es inocente de culpas, y busca y busca tenerlo. Ella quisiera hablarle y decirle “lo siento”, y lo busca con obsesión para hacerlo. No se ha rendido aún, solo está satisfecha por momentos.

Tiene ella al lado quizás a un gran caballero, pero aún ella mantiene ese reto: que el ser que uso con tropiezos sepa que lamenta el suceso. Torpe fuiste entonces por no usar la oportunidad tan grande. Tú lo tenías en tus manos, eras su apremio y fingiendo cariño cediste al exceso.

Era obvio el cansancio, que por ellos sentían sus parejas. Tal vez nunca fue necesario para ellos pasar por eso, después de todo se juntan ahora en progreso. Y ya ha quedado en el pasado, no les importa la vida hoy de ellos porque quizás ahora si saben que nada bueno saldría de eso. Dense un chance con fortuna, experiencia ganada para satisfacer no solo locuras, sino también corresponder los anhelos.

Despacio al oído


Es quizás un impedimento decir te quiero. Frases dentro, muy dentro. Pero solo eso, no hay más allá de un te quiero. Eso que manifiesta a la amada, capturándola de apoco en sus redes, y va tiñendo el calendario de rojo color en menesteres.

Sí, ella también manifiesta el emblema de solo querer y desear por correspondencia, pero puede devastarse la barrera que encarcela el corazón en su alma. No sabrá que fue de antes, porque aún no ha esparcido su cuota de encanto, aún no recibió de nadie la palabra exacta y precisa que la haga ser partícipe del cielo alto.

Ella no ha visto el infinito vislumbrado en los ojos de alguien, ella no ha sentido caricias sinceras y fluctuación irritante. Ella no ha tenido agasajos que la topen con el mismísimo Budda. Ella quisiera la mimen, la deleiten, le susurren muy lento al oído, y que la complazcan con ternuras. Ella solo espera que alguno sepa llenarla toda.

 
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