jueves, abril 16, 2009

I dont

Es el latido constante y la opresión. La irresistible sinfonía de los versos. Hace mucho no escribía, mi musa se había ido de repente. Otros intereses, lapsos momentáneos, cordura recuperada. No entendía su mensaje, pero estaba muy claro. El me eligió de entre todas, su seguidora, su incipiente mitigadora de recuerdos, su comprensible amada, la niña de sus ojos, la doncella perdida, la amante recobrada.

Es increíble. Sucesos que competen al corazón, ahora los comprendo. Su insaciable animalito, su corresponsal de notas, su investigadora perdida entre los mares del porqué. Bello y hermoso, acontecimiento bendito. Me hizo recobrar la fe, la esperanza vuelta, el amor constante, la metamorfosis concluida. Y entre mentiras y verdades, frases dichas, y no hechas. Hoy amó con una fuerza inigualable, con una sola perspectiva, con el alma y con el cuerpo.

Yo aquí escribiendo, riendo de lo vivido, sintiendo que fui madurando, y un breve colapso no me ha retirado de la movida. Solo una pieza de ajedrez, sólo eso nada más. Miro al espectro allí observando. Que a lo lejos se manifiesta la sensatez del alma deprimida, pero viene a mí la infinita melancolía y pide reposo por momentos. No tengo espacio ya conmigo para darte a ti ¡Oh, amada angustia!; represión constante y compleja; un rincón en mi alma para frustrarme la vida.

Es un extraño querer que pueda o no perdurar con el tiempo. Pero, a veces anhelo. Esos tiempos, momentos de juguetes rotos, y constantes carreras aplicadas para capturar a los adversarios, de juegos ridículos e inventados. Juegos de infancia, de niñez. Y mirando las botellas vacías recuerdo esas sinfónicas risas. Y esos momentos de angustia, e inclusive sudor, cuando el minuto otorgado a un beso parecía ser interminable.

Recordar las chacotas en mi lonsa, cuando me vacilaba con mis patines, jodiendo a los profes, o aplicando para las notas. Cuando se plajeaba con cuadernos bajo la carpeta, soplando de a lo lejos, papelitos en el aire, manitas escritas, e intercambio de exámenes. Cuando nos enchapábamos con apelativos que dejaban volar la imaginación. Cuando reía a muerte con mi grupete, LMNSSSV por siempre.

Como se añoran aquellos instantes que no parecen irse jamás… Y el beso empalagado en la juventud, y las caricias dadas por amor. Y las amistades que perduran, conocidos por aquí y por allá. La felicidad me embarga. Entonces, veo todo tan claro como lo cristalino de sus ojos.

Que dejaré de lado esas estupidas acciones, ya no quiero pertenecer más al manto suplente del amor. No a la venganza, no al rencor, no odios, no mortificaciones ni pesares. Estos asuntos insanos del todo no pueden controlarme más, seamos francos, quienes me conocen sabrán bien no sirvo para ello. Así que asunto zanjado, no más. Que aquí se teñirán nuevas historias, las que se irán formando hoy y para siempre.

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