Se ha ido quién de lejos pareció entenderme. Sentimientos completados por el esquema infinito de la sensatez y la cordura. Otra vez tu rostro se aproxima, y en mis sueños perdura el fatal desenlace, saber que al despertar no estarás más conmigo. Mi vida de a pocos se fue quebrando, y martillaste con todo para refrenar mis angustias. Me escuchas, me miras, me sonríes, y te juro cada instante se ve lento. Pausado, como las decisiones que tomamos, como la esperanza abierta, aún, de vernos nuevamente en aquel mismo lugar…
Eh tu allí comiendo con tu padre, heme aquí sentada leyendo alguna obra. Recordando aquellos días cuando en nuestra niñez solíamos jugar de a lejos, tu allá con tus maniobras; yo aquí a carcajadas. Y nuestra adolescencia marcada por sinsabores, y saber que no pudimos nunca ser lo que quisimos. Porque te quiero mucho, mi hermano, mi cómplice, mi confidente, mi amigo.
Y allá tú ahora, conociendo, emprendiendo un nuevo rumbo. Con subidas y bajadas aprenderás entonces que todo es bueno. Que no vale sufrir más, sonríele a la vida como solías hacerlo, esa sonrisa que manifiesta a tu alma recobrada, soñadora, añorando los minutos por ser lo que fuiste: el mejor compañero.
Eh tu allí comiendo con tu padre, heme aquí sentada leyendo alguna obra. Recordando aquellos días cuando en nuestra niñez solíamos jugar de a lejos, tu allá con tus maniobras; yo aquí a carcajadas. Y nuestra adolescencia marcada por sinsabores, y saber que no pudimos nunca ser lo que quisimos. Porque te quiero mucho, mi hermano, mi cómplice, mi confidente, mi amigo.
Y allá tú ahora, conociendo, emprendiendo un nuevo rumbo. Con subidas y bajadas aprenderás entonces que todo es bueno. Que no vale sufrir más, sonríele a la vida como solías hacerlo, esa sonrisa que manifiesta a tu alma recobrada, soñadora, añorando los minutos por ser lo que fuiste: el mejor compañero.
0 comentarios:
Publicar un comentario