Largo trecho entre vaca y vaca, diseños peculiares y otros (diré yo nada creativos). Jodidas porque la universidad no sacó ninguna, y una vaca de lo más horrorosa se exponía vanagloriando a su autor, mientras que tu diseño superaba a muchos. Pero fueron dejadas de lado aquellas sensaciones, y frente a la situación quisimos darnos un recuerdo.
Encendida entonces la cámara, y escogidas las vaquitas de Larco, posamos muchas veces para recordar ese día, antes de terminar el ciclo, y despedirnos con un “Hasta luego”. Turistas que toman fotos a las vacas como si tuvieran vida, y nosotras que captamos mas bien nuestra alegría.
Divertido el día, aunque el sol nos cogiera por sorpresa. A ti te quemaría la piel, y a mi me consumiría el bochorno de volver a casa en el viaje mas placentero que tuve. Porque dormí a pocos minutos de subir por el cansancio, y me duche como dos horas en casa para volver a descansar de relajo.
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