sábado, diciembre 25, 2010

TIJERAS

Súbitamente un tropiezo. Caída nuevamente en el bodrio camino de la locura. Llenada de impotencia y vergüenza, mas mi cara delataba otra cosa. Sentada a la orilla de la banca en el parque esperando un socorro, una mano amiga, una sacudida de piernas.

Llamada en mi auxilio, comunicándome con alguien. Yo ofreciendo mi confianza, imponiendo mis caderas a deleite de los ojos no humanos, de los sutiles susurros de un parque encantado con animales rondando y procurando en ese preciso instante placer al oído de quien se acostumbra a caminar entre los árboles o entre una cortinada humareda de niebla seguida de aire fresco.

Y llegando él a ayudarme, sosteniendo en sus manos una herramienta. De filo implacable, con dos ojos en el que se incrustaron sus dedos que sujetándola estaban. Y sin temor me anticipa a lo lejos sentada, esperando su llegada. Implorando su socorro, implorando que con tijera en mano pudiera sacarme del momento de vergüenza, pánico de tiempo y deshonra del dinero.

Sin temores, amortiguada en instantes. Penetrando su mirada le decía yo que tomara mis manos la tijera y cortase ese impedimento k me alejaba del encuentro de mi tarea diaria, que perturbaba mi cimiento exacto de puntualidad y tolerancia cero. Yo cortando las tiras de la sandalia y convirtiéndola en un zueco. Érase en ese momento mi calzado en manos nada mas que eso, materia. Cosa que se compra y se descarta.

Y tirando las tiras en la basura fui caminando a su lado hacia mi trabajo, cruzando el parque y la autopista. Yo con incomodidad arrastrando la basta entre mi talón y la sandalia, y él perplejo y algo sorprendido conmigo. Éramos mi jefe y yo rumbo al trabajo, yo marcando la tarjeta minutos antes de mi tiempo, y el retirándose a su oficina.

0 comentarios:

 
LA MUSA © 2008 Template by Exotic Mommie Illustration by Dapina