domingo, octubre 22, 2006

¡Joder!

Salir a pasear y disfrutar un fin de semana. Algo poco común y cuyo disfrute deseo con ansias desde que empezaron mis prácticas. Me desvela en las noches cuando ansio salir al día siguiente para no estar en casa, soportando a mis padres y a las alimañas (hermaos).

Surgío un momento en mi vida que decidí no salir de casa. Encerrarme tras la puerta de mi habitación y divertirme a mi manera, dibujando, escribiendo, escuchando música y cantando.

La vida afuera era aburrida. Los días en que corría por la pista persiguiendo a mis amigos, ya pasaron. Aquellos en los que las escondidas y las chapadas me entusiasmaban a cada rato, y en los que sentarme con ellos a jugar a la botella borracha me había desinteresado por completo. Ahora, queria sentarme frente a mi comoda, prender la lámpara y ponerme a leer.

Empezé a preocuparme por mi educación y por cosas que a lo mejor no me interesaban con anterioridad. Preguntaban entonces ¿qué me sucedia?, ¿qué ocurria conmigo?. Me gané el apelativo de petulante y sobrada, no me intereso en lo más minimo y aún no le tomo importancia , de eso hace más de 7 años.

Solo conocia el cole, la academia y mi casa, no queria más. Se preguntaron entonces, ¿si estaba de viaje o estaba muerta?. Corrió el rumor de que estaba en casa cubierta con telas de arañas, que me habia muerto de una enfermedad terminal, que habia viajado a los United con mi tía o que me habian secuestrado y mi cuerpo no fue encontrado. Pasé a ser un mero fantasma, una anima que se asomaba por las ventanas de casa para observar a los muchachos jugar fútboll, los domingos en las tardes. Y no me importó, seguí en lo mismo.

No salia, no hablaba con nadie, aún lo hago y no me importa. Me volví uraña. Pocos amigos tuve y a pocas personas conserve en mi trayecto. Mi vida se ha vuelto así, el de una solitaria entusiasta del destino que ha elegido. Se preguntan por que soy antisocial y respondo que "no lo soy", tan solo prefiero estar con gente que no se la pase hablando estupideses, y es que aguantar el fútboll peruano, los novios, los hijos y las fiestas no va conmigo. Prefiero seguir encerrada en casa y que sigán creyendo que he muerto.

Hace mucho que mi vida ha cambiado. No soy la misma muchacha ingenua, sumisa y risueña. Lo siento, ahora conozco mis derechos y quiero que los respeten.

Por el hecho de ser la prima mayor cuidaba a todos lo criters, hijos de mis tíos, que venián a casa a jugar. Me los encargaban como si fueran míos. Pero eso se acabó, y si alguno quiere jugar al chancacarro, saltatecho, u otro tipo de diversión, ¡que lo haga!, no me interesa. Quieren que les haga favores y no estoy de acuerdo. Muchos suelen ser convenidos y no estoy para eso, suficiente con hacerselos a mis padres.

Desde que ingrese a la universidad, amplié mi conocimiento. Ahora conozco San Isidro, San Borja, Breña, Surquillo, Surco, Miraflores, Los Olivos y San Martín de Porres. ¿Cómo?, la respuesta está en la variedad de alumnos y zonas en las que viven. Ahora salgo más, mi vida se ha vuelto un poco más "placentera". Me divierte ver a la gente pasear por la calle y estar cerca a ellos. Pero en casa, sigo bajo cuatro llaves pues no hay con quien platicar.

Maldita la hora en que mis primas se casaron, maldito el momento en que sus maridos las preñaron, maldito el día en que mi mejor amiga se mudo, maldita generación que dejó perturbarse y maldita sea la hora en que los conocí. ¡Joder!

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