ATRAS TU, DELANTE YO

En épocas pasadas pudiese decirse que todo estaba correcto. Fue en una de esas situaciones de bienestar que uno nota el cambio ligero en los amigos, una nueva fertilización de las ideas en las cabecitas intrigadas de hombres solteros. Uno te trata con cariño y otro tanto con indiferencia, pero ambos aún con esas actitudes solo buscan tu afecto, ese que se experimenta al darle a uno un beso.

Como el pavo real te va mostrando las plumas, el se muestra todo un caballero (aunque quiera yo también a un tigre a mi lado). Sus dotes, su libido enfrascada en detalles minuciosamente elegidos. El es calculador, y en sus múltiples facetas nota en ti todo lo que le interesa. Ya te ha echado el ojo y calcula bien la partida; pobrecillo el peón pues queda el Rey y la Reyna.

Entre muchos van sacándose los ojos, y entre pocos se vanaglorian de sus triunfos, pero pocos de estos resultan ser fieles a la realidad presentada. Mientras este se ríe y acopla a su relato imágenes borrosas de lo que fue ese día, el otro le mira y sonríe pero nada aclama. Esto bien sabe este último, porque no es de caballeros hablar mal de una dama. Que el goce fue solo suyo y nadie interesa, que sabe bien el placer de una hembra cuando esta acorralada.

No me quedare en su memoria, es mejor alejarse del muchacho. Que no quede vestigios de un pasado, que es mejor seguir para adelante. Que después el tiempo sana las heridas, y no te acuerdas más de un pasajero y que el destino hila mi futuro. Hay muchas personas implicadas en mi vida. Se siente rico decir que ya nada siento, que me estoy bien conmigo misma. Sola o acompañada pero feliz a cuenta fija.

Esto es poco o nada, más que una metódica vista de un reclamo. Ya todos saben que exististe, voy liberándome de a pocos. Sí pasado te he descrito y no me avergoncé como antes. Ya no temí un cruel martirio ni me ofuscó saber lo que pensaron mis amantes. Estoy hecha una paloma, más risueña que antes, y tengo al lado no a un palomo, sino a un gavilán fascinante.